Y fue una
mañana,
En la que
mis ojos hubieran preferido no abrirse al no saberte a mi lado,
En la que
mis pies hubieran preferido no caminar en este suelo tan árido y frío,
Una
mañana en la que mis oídos preferían un grito eterno desesperante,
En lugar
de no escucharte.
El tiempo al lado tuyo,
El tiempo al lado tuyo,
No es
rápido ni lento,
Es simplemente
el tiempo,
Y mis
manos cuando están con tus manos,
No son mis
manos ni tus manos,
Son
muestras manos,
Y de igual
manera nuestros labios.
El aire me sobra cuando no estás aquí, me congela y me atrapa,
El aire me sobra cuando no estás aquí, me congela y me atrapa,
Me lleva y
devuelve como una hoja;
No te digo
que eres dueña del aire,
Ni que a
tu lado el aire no me manipula,
Simplemente
te digo, que a tu lado me siento seguro.
Así como
una hoja atada a otra,
Flotando
en un lago eterno pintado con la luz de tu sonrisa.
Hernan E. Urrutia L. 2010
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